Las plantas conocidas como Angiospermas se caracterizan por producir flores y frutos comestibles, en esta ocasión hablaremos de la forma de propagación o reproducción que poseen a través de su órgano reproductor como la flor, analizaremos el ciclo de transformación de este órgano hacia una nueva planta.
Cuando nos referimos al ciclo de reproducción este no comienza precisamente desde el crecimiento de la planta, sino apenas haga su aparición la primera flor, con esta parte de la planta a la vista comienza el ciclo.
Teniendo como punto de partida la producción de polen de la flor para atraer a los insectos o aves que se alimentan de este. Una vez teniendo el alimento sus consumidores quedan impregnados con este fino polvo, al seguir abasteciéndose de comida los agentes polinizadores propagarán este polvo de flor en flor, a este proceso se le conoce como polinización. Llegado a este punto el polen pasa a través del conducto del pistilo de la flor fecundando su interior, de esta manera comienza la maduración y perdida de sus partes para dar paso a la formación de la semilla junto con el fruto.
Luego de un tiempo el proceso de formación se convertirá al proceso de maduración, en donde, la fruta estará apta para el consumo alimenticio o para el desprendimiento de la planta.
El proceso de germinación es la etapa final y el reinicio de este ciclo, sucediendo desde la apertura de la pulpa de la fruta revelando de esta manera la semilla, que si esta se pone en contacto con el suelo y un suministro de agua constante nacerá una nueva planta angiosperma.
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